V Domingo de Pascua
Jesús no sólo llama a personas perfectas para hacer Su obra.
Jesús no sólo llama a personas perfectas para hacer Su obra.
Jesús obtuvo abundancia de gracias para cada uno de nosotros y nos ofrece una invitación a crecer a su imagen y a llevar a otros a la salvación.
El Espíritu Santo es el Señor y el dador de toda vida.
Hoy celebramos la ascensión de Jesús al cielo.
La Transfiguración para nosotros es la historia del desarrollo espiritual.
Emprendemos un nuevo camino de Cuaresma.
Un corazón contrito es una persona que no se interpone en el camino de la obra redentora de Dios y permite que el Espíritu Santo conforme libremente su voluntad a la voluntad de Dios y crezca en santidad y en la misma semejanza de Jesús.
¿Seguimos nosotros nuestros instintos naturales con Dios?
Todo lo que recibimos es un don de Dios, incluida nuestra vida.
¿En qué pensamos más? ¿En el Reino de Dios y en el Cuerpo de Cristo, o sólo en nuestro propio bienestar?