Domingo XXVI del tiempo ordinario

Vigésimo sexto domingo del tiempo ordinario Lecturas bíblicas

Reflexión sobre las Escrituras

Hoy, las Escrituras continúan nuestro aprendizaje sobre cómo debemos manejar la riqueza. El manejo de la riqueza comienza con una mentalidad, no sobre la riqueza, sino que realmente creemos.

El Hijo de Dios tomó nuestra forma humana, vivió entre nosotros y nos enseñó cómo tener una relación con Dios Padre. Sufrió y murió en una cruz y resucitó al tercer día. Ahora está sentado a la derecha de Dios Padre, intercediendo constantemente por nosotros. Jesús nos ha preparado una morada en el reino eterno y nos ha prometido la vida eterna.

No estoy diciendo nada que no hayas oído en el pasado. Al contrario, es posible que lo hayáis oído con demasiada frecuencia y, al cabo de un tiempo, nos volvemos complacientes con el mensaje. Por eso es bueno repasar el Credo que recitamos cada domingo y renovar nuestra devoción a la vida devota aquí en la tierra que conduce a la vida eterna en el cielo.

Todo lo que recibimos es un don de Dios, incluida nuestra vida. Por lo tanto, todo lo que tenemos no fue ganado por nuestros méritos o esfuerzos, sino que fue dado gratuitamente por Dios Todopoderoso a quien Él eligió para compartir estas riquezas terrenales. Porque fueron dadas libremente, entonces los dones también deben ser dados libremente para ayudar a los pobres y necesitados y para cuidar de las necesidades terrenales del Cuerpo de Cristo.

¿Qué dones hemos recibido? Además de las cosas materiales, hemos sido bendecidos con los dones del Espíritu Santo, y estos dones no deben acapararse y guardarse para nosotros mismos, sino compartirse con la comunidad de creyentes.

Cuando tienes buena fortuna, ¿cómo la gestionas? Los no creyentes miran si pueden utilizarla para su propio placer y para satisfacer sus deseos. El creyente celebra alabando a Dios y con un corazón alegre se convierte en un dador alegre.

Nuestra nación y nuestro mundo están en peligro de caos y desorden global ya que muchos siguen sus instintos naturales de pensar que necesitan más, deben tener más y tienen derecho a más. Esta actitud amenaza nuestro civismo y conducirá a una deshumanización de la raza humana. Esta actitud será el falso dios de la época actual y conducirá a la destrucción de la humanidad.

Céntrate en cómo gastas tu tiempo y tu dinero y en lo que realmente deseas. Deja que Dios esté siempre al frente de esta ecuación y busca siempre primero el reino de Dios y todo lo que necesitemos será provisto.

Que Dios te bendiga,

Diácono Phil